ESCRIBIDME A:
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C A D E N A P E R P E T U A
THE SHAWSHANK REDEMPTION
PROLOGO
DE
OSCAR BLASICA.
"Cómo lidiar con la irracionalidad humana cuando de aplicar
justicia se trata?. Cómo entender, a cabalidad, el sufrimiento humano en su más
honda extensión cuando no se ve la salida por ninguna parte?. Es realmente la
esperanza un arma de doble filo?..., una especie de 'pócima', brebaje dulce que
al beberse pueda llegar a enloquecernos, o, el instrumento que nos permita
seguir avanzando bajos las flamas del infierno?.
Esta y otras interrogantes se plantean de manera excepcionalmente sublime en
esta extraordinaria película. Los entretelones de la misma (por supuesto) lo
dejaré al libre albedrío de la pluma de mi querido gran amigo, maestro y amante
obseso del buen cine Juan S.D.T., Juan: nuevamente muchísimas gracias por tu
amable - y osada - invitación a prologar esta 'pieza de culto' - me tomo el
atrevimiento de utilizar tus términos -..., esta exquisita joya universal que
nos regala la cinematografía.
La Esperanza es una cosa buena, tal vez la mejor de las cosas, y una cosa buena
nunca muere"..... palabras de Andy Dufresne a su buen amigo Red. Esta cinta,
espero de corazón coincidamos todos en ello, es un bello canto a la esperanza,
todo un poema al mejor estilo cinematográfico. Reitero una vez mas mi
agradecimiento eterno a mi preciado amigo, Juan Sánchez De Toro, por recordarnos
siempre que existe un paraíso mas alla de las estrellas llamado 'Séptimo Arte',
y a la vez brindarme el honor de levantar el telón a una maravillosa producción
que, de seguro, sera del agrado de todos aquellos que todavía no la hayan visto.
Y para los que ya hemos disfrutado de ella..., esta memorable semblanza sera
motivo de gran celebración para volver a visitarla. Gracias, amigo mío, por el
inmenso honor de darle la bienvenida!."
!! BIENVENIDOS A CADENA PERPETUA!!
OSCAR BLASICA
De las siete nominaciones para los Oscars, no se llevó ningún premio. Competía con dos Films como Pulp Fiction y Forrest Gump y aún así nadie la tachó de perdedora. Porque todos los que la hemos visto sabemos que pulula por la cima de las más grandes películas jamás filmadas. Yo estuve dos horas y media pegado sin apenas pestañear, saboreando todos los minutos y suplicando que fuese más larga, pues me daba cuenta que la estaba viendo virgen y que era una obra maestra. Pero lo más grande es la última media hora. Cuando estaba pidiendo a dios, que Cadena Perpetua durara más tiempo, me regalaron el que para mí es el mejor desenlace de la Historia del Cine, por la duración de su metraje, por como ata cada uno de los cabos y por estar espléndidamente filmada. Media hora que me dejó fascinado, insisto una vez mas. El boca a boca fue el éxito más contundente de Cadena Perpetua a lo largo de su historia. Basada en un cuento de Stephen King, Darabont adaptó un guión magistral en el que era su debut. Este film, dicen los mentideros, impresionó sobre todo a adolescentes y veinteañeros por contar una de las mejores historias de amistad entre hombres. Acostumbrados a ver tipos duros que chocaban los cinco, forzados aquí a mirar con otros ojos a los protagonistas y su historia, simplemente alucinaron. Personalmente, creo que es la historia más hermosa nunca contada sobre la amistad entre dos hombres. Morgan Freeman, es el personaje principal que nos narra durante todo el metraje las andanzas de su amigo, y al final te das cuenta, que no sabías nada. Creo que Morgan Freeman hace el papel de su vida aquí, junto a Paseando a Miss Daisy y Million Dollar Baby. Lo mismo de Tim Robbins, su expresividad ausente creo que le venía como anillo al dedo al personaje de Dufresne. Los secundarios, todos de lujo: el alcaide perfecto, el capitán de celadores James Whitmore inolvidable, la timba de presos que acompaña a nuestros amigos otro tanto. Todos perfectos. Una dirección mas que excelente que nadie pone en duda. En resumen, una obra maestra como la copa de un pino. Un film que, aunque no te enseñe nada nuevo, te hace amar el cine...
Una fotografía acertadísima, un montaje excelente y una
adaptación colosal. "MUY RECOMENDABLE".
- "Lo más gracioso es que cuando entré en prisión, yo
era un hombre bueno y honrado; y aquí, me he convertido en un ladrón."-.
A pesar de las injusticias y de las penurias por las que pasa
el protagonista, nos encontramos ante una obra que rebosa optimismo y ganas de
vivir. Es de esas raras joyas que dejan buen sabor de boca, que es necesario
volver a paladear de tanto en cuanto. El titánico duelo actoral entre Robbins y
Freeman acaba en tablas, pero dejando el nivel a alturas estratosféricas,
arropados por un ramillete de secundarios de lujo. El guión funciona con toda
precisión y la fotografía es sobresaliente. El cuarto de hora final es,
sencillamente, inolvidable y prodigioso. Partiendo del relato de King, el
director Frank Darabont nos regala una película excelente, contada de forma
perfecta, como si se tratara de un cineasta experimentado, siendo en realidad su
opera prima. La película es una de las 10 mejores que he visto a lo largo de mi
vida. Un drama carcelario de los mejores, en ella podemos ver todas las virtudes
y miserias humanas: injusticia, traición, corrupción, brutalidad, sadismo,
resignación, reflexión, ilusión, lucha, constancia, superación personal, amistad
fraternal, esperanza.... Los actores realizan a la perfección su papel, desde el
alcaide hasta el último de los reclusos. De hecho es como una fábula, que
teniéndolo todo perdido, el protagonista nunca pierde la esperanza, ni la
confianza en sí mismo, ofreciéndonos un final, que te deja clavado, estés donde
estés visionando la película. Los personajes principales, están perfectos tanto
Tim Robbins en su papel de Andy Dufresne, como Morgan Freeman, su amigo
fraternal, al que siempre tiene que dar confianza, y en especial el trabajo de
James Whitmore, como el preso, que lleva tanto tiempo dentro del penal que ha
perdido su identidad, y no sabe donde ni como ubicarse. Si alguien aún no la ha
visto, que no espere mas. Es una obra de culto y una perfecta obra maestra. Hubo
un tiempo, en que cada libro de Stephen King suponía un acontecimiento y
provocaba un ansia inmediata de poseerlo para devorarlo. Mi gran amigo Oscar
Blasica me abrió los ojos, cayó en mis manos el film y rebusqué el manuscrito de
King, titulado las 4 estaciones que contenía varios relatos. Cuenta conmigo
amigo del alma, y Oscar seguía dándome la luz que necesitaba, No cabía duda que
Shawshank redemption, fué un acierto trasladar su historia magnífica y adaptarla
al cine. Hace muchos años me viene recuerdos..... me encontraba en una sala de
cine esperando ver una película llamada "Cadena perpetua" de la cual desconocía
todo, excepto sus dos interpretes principales... Hace años siguen los
recuerdos..... Nada más empezar la proyección me di cuenta que estaba viendo la
adaptación de esa historia que tanto me había apasionado y me envolvió el temor.
Si las historias de Stephen King habían sido permanentemente destrozadas por la
censura, y que eso ocurriera con algún libro tenía un pase, pero hacerlo con
esta película me parecía una aberración. Hace días y siempre aconsejado por mi
entrañable Oscar, la volví a ver...Consideré que debía estar en mi CINEPARAISO....era
un film sublime. Difícilmente uno puede olvidar ya una película tan intensa y
bella, tan poderosa que sobrepasa los límites de ser mera adaptación para
convertirse en un obra de arte por sí sola. Contiene no sólo una lección de
valores sino que también hay momentos de lirismo inconmensurable como la escena
del bibliotecario Brooks al salir de la cárcel o cuando suena la ópera en el
patio de presos. Momentos que por sí solos justifican verla y que quedarán
grabados para acomodarse en el crepúsculo de los dioses. Las interpretaciones
principales, están rebosantes de humanidad y complicidad, con reflexiones sobre
la amistad, la vida, que se alejan de los clichés más burdos que vemos en el
cine de hoy, ellos llegan como si fueran personas de carne y hueso. El desenlace
repleto de poesía y belleza, por ser un film capaz de que compartamos las
emociones de sus personajes y por ser capaz de trascender más allá de los
límites de una pantalla merece ser considerado un clásico, razón para amar al
cine y sobre todo para que este humilde espectador no pueda ofrecer otra
calificación que no sea dar las gracias a todo el equipo por hacer posible una
obra de culto de estas características.
THE SHAWSHANK REDEMPTION o CADENA PERPETUA, es una de esas
películas que uno disfruta viéndolas. No trato de compararla con esas grandes
obras inmortales, pero si que la SENTIMOS grande. Quizás por su temática
universal, quizás por la labor de su director, quizás por ambas cosas, THE
SHAWSHANK REDEMPTION, ha ganado un puesto en mi memoria intelectual y emotiva.
Dos pilares básicos acompañan esta historia: la libertad como concepto que
excede al hombre y sus leyes terrenales y, acoplado a ello, la injusticia que
puede exacerbar esa sensación de haber perdido algo que nos pertenecía por
derecho propio. El Expreso de media noche y El conde de Montecristo manejan las
mismas temáticas, pero centrémonos en la obra de Darabont: su pulso narrativo es
excelente y me atrevo a decir que es uno de los directores con más sensibilidad
para dirigir esta historia. Las secuencias duran lo justo; las atmósferas
señalan el antes y el después, uno puede intuir lo que sucederá pero no importa
porque en ese momento disfrutaremos mientras tanto. Freeman desarrolla su mejor
papel, un actor secundario que en realidad va a la par de Robbins, ambos cumplen
su papel llevando al espectador con ellos en cada acto, en cada sueño que
construyen. Y la trama: se van desarrollando historias sobre historias dentro de
una dinámica que nunca se vuelve tediosa y cuando uno comienza a hartarse la
situación cambia, como si la reacción del espectador estuviera estudiada. De las
mejores obras que tuve por fortuna ver hace poco, CADENA PERPETUA te invita a
salir a buscar algo que quizás pasa desapercibido, pero que debes tener
conciente que te mueves para ello. Es tuyo y de nadie más. Brillante drama
carcelario que gira en torno a los temas de la esperanza, la amistad y la
supervivencia.
Es ópera prima del director Frank Darabont, quien cinco años después dirigiría
'La milla verde', otro drama carcelario protagonizado por Tom Hanks. La cinta
nos presenta a Andrew Dufresne, un ingeniero comercial acusado del asesinato de
su mujer y a Red, donde compartirán cadena perpetua en la prisión de Shawshank.
Con el paso de los años conseguirá ganarse su confianza, así como la del alcaide
y el resto de guardias al ayudarles con el tema de sobornos y finanzas
personales. Insisto una vez mas y no me canso de repetirlo, que son un dúo en
estado de gracia el de Tim Robbins y Morgan Freeman, convincentes delante de la
cámara, transmitiendo al espectador el sufrimiento que vivian en Shawshank. Aún
recuerdo cuando la vi por primera vez, y yo sin acabar de asimilarla, fueron las
palabras de mi querido amigo Oscar, las que me hicieron visionarla de nuevo y
entonces se produjo el "flechazo". La cinta está muy buen montada, un guión yo
diría que perfecto con frases y diálogos que calan hondo mezcladas con la off en
voz de Freeman, un lujo muy bien elaborado y trabajado, enfatizando la dura
realidad de quién está detrás de los muros de una prisión y que tiene que
sobrevivir sabiendo que no tiene ni la más remota posibilidad de salir a la
calle y encima es inocente.
Asombrosamente, la película no tuvo mucho éxito en su
adaptación al cine, pero aquí no acaba todo, y es que el film obtuvo siete
nominaciones a los Oscars y fue injustamente olvidada en el reparto de
estatuillas. Tenia unos duros rivales como 'Forrest Gump' o 'Pulp Fiction', las
cuales no las veo como competidoras, a esto le añado que no conozco a nadie que
no le haya impresionado mucho mas que las otras dos. Pasarán muchos años para
volver a ver una peli de estas dimensiones proeza de Andy que se arrastró hacia
la libertad a través de quinientas yardas de residuos mal olientes. O quizás no
quiera imaginarlo. Quinientas yardas. Es la longitud de cinco campos de fútbol,
casi media milla. Andy en su primera noche fué la más dura, te dejan desnudo
como el día que naciste con la piel quemada y medio ciego por el asqueroso
desinfectante y cuando te meten en la celda y te cierran los barrotes en las
narices es cuando te das cuenta que es de verdad, en un abrir y cerrar de ojos
toda tu vida se ha ido al carajo no te queda nada excepto todo el tiempo del
mundo para reflexionar. Muchos casi enloquecen la primera noche siempre hay más
de uno que rompe a llorar, siempre. La única pregunta es… ¿quien será el
primero?. Supongo que es tan buen motivo de apuesta como cualquier otro. Yo
desde el primer momento aposté por Andy Dufresne…
¿Si estoy rehabilitado? Pues déjeme pensar... para
serle sincero no tengo ni idea de lo que eso significa. Para mí sólo es una
palabra inventada, inventada por políticos para que jóvenes como usted tengan
trabajo y lleven corbata.
No hace falta estar en la trena para darse cuenta de que el individuo o
individua modernos vive encarcelado, por un montón de razones: que si las
rutinas, los horarios, las cargas familiares, las obligaciones varias… ¿Cuánta
gente hace cada día lo que le da la real gana? Muy poca, la verdad.
La diferencia radica en la personalidad de cada uno. Se puede ser conformista y
atender a tus obligaciones sin más pretensión que acostarte pronto y descansar
para, al día siguiente, seguir atendiéndolas como es debido, o se puede ser un
soñador, un idealista, que mantenga su mente y su tiempo ocupados en mil
proyectos y que nunca se sienta prisionero de sus rutinas. En otras palabras, se
puede ser como Red, un ser “institucionalizado” o se puede ser como Andy, un
libre pensador, un hombre libre. La película no sólo es inspiradora, si no que
se desgrana con un soberbio sentido del tiempo narrativo, atrapando al
espectador, que se deja llevar de la mano por cuantos personajes residen en esa
prisión y por su altísimo sentido de la amistad. Una joya. Un clásico del
cine... Un impecable trabajo de Frank Darabount, que fué su guionista y
director. Quiero puntualizar que en Tim Robbins hay una mirada inescrutable,
como perdida en el horizonte, soportando con sus ojos la crueldad de las celdas
de castigo, en sus conversaciones con Red, en todo lo que le rodea, y así hasta
ese instante silencioso cuando sale trajeado de la prisión, es como si
perteneciera a otra dimensión, a su mundo, a la injusticia que ha vivido esos
años, siendo completamente inocente. Esto es una de las muchas cosas que me han
impresionado de CADENA PERPETUA, y la forma como relata a su amigo el lugar
donde estuvo con su mujer y a donde Red debe ir, según sus consejos, porque allí
va a encontrar la ayuda que le sirva para volver a ser libres como el viento, y
dejando pasar sus vidas. Es un lírico canto a la amistad en todo el amplio
sentido de la palabra y este cinéfilo lo contempló con lagrimas en los ojos.
Nunca podré olvidar semejante secuencia final.
Todo es increíble. El alarde de sentimientos que se desencadenan tras los muros
de Shawshank es digno de una sinfonía de Beethoven. Desde que el juez
estableciera la escalofriante condena de dos cadenas perpetuas seguidas al
protagonista en los primeros minutos de esta obra, hasta el asombroso,
ininteligible y consecuentemente para delirio de los espectadores con el
memorable final, la historia se va desarrollando acompañados de unos sucesos y
diálogos entre los habitantes de este infierno, con un tono poético digno del
gran John Ford. Y es que uno tras ver este prodigio no puede parar de alabar,
alabar y alabar. Tim Robbins, que interpreta a un banquero más listo que nadie,
un personaje por el cual te aferras a él, te conquista, te deslumbra, por su
aguante, por saber estar, su compostura, y sobre todo el conocimiento que le
lleva a ser el bibliotecario de la prisión. Pero voy a hacer hincapié en Morgan
Freeman. Tremendo, espectacular, apasionante el papel de que hace este hombre.
Lo bien que habla, de los mejores, tanto él como el que le dobla en España y los
gestos tanto de alegría en los gratos momentos, que los hay y mucho, como los de
desesperación y padecimiento que soporta, parecen tan reales, como si estuvieras
interactuando con él en persona. Si a todo ello le sumamos la gran fluidez
narrativa de Darabont, apoyado en un guión perfecto, que aparte de atar todos
los cabos de los entresijos que van surgiendo en el metraje, los culmina de un
modo milagroso ante el espectador, y una puesta en escena, ambientación, sonido
y sobre todo una bella fotografía, evidentemente conforman una obra maestra
absoluta. En definitiva, una película que aunque no salió muy bien parada de los
Oscar, es indiscutiblemente, uno de los mejores dramas que se han rodado nunca.
Monólogo de Morgan Freeman, en la escena en la que aparecen él y sus compañeros
alquitranando el tejado:
“Y así fue como en el penúltimo día de trabajo el
pelotón de convictos que había alquitranado el tejado del taller la primavera de
1949 terminó sentado a las 10 de la mañana bebiéndose una cerveza helada por
cortesía del mayor cabronazo que jamás haya estado al cuidado de una prisión
estatal. Ese maldito capullo incluso logró parecer benévolo. Nos sentamos a
beber con el sol a la espalda y nos sentimos como hombres libres, diablos fue
como si estuviéramos alquitranando el tejado de una de nuestras propias casas,
era como si fuéramos los señores de la creación...”
Robbins compone un personaje distante en apariencia, valiente, luchador,
inteligente... pero como todos, débil en el fondo, torturado... es, por decirlo
de alguna manera, un ángel en lo más profundo de los infiernos. Una historia
bellísima sobre la amistad, la lealtad, sobre el sufrimiento y el coraje de una
persona....He visto pocos Films en que la amistad entre dos personas quede tan
bien retratada como en esta obra de arte, se me ponen los pelos de punta con ver
cada escena que salen juntos Morgan Freeman y Robbins, es puro cine, sencillo,
pausado, pero cine con mayúsculas...La dureza de la vida en este infernal centro
penitenciario y la corrupción que reina, nos la muestra Darabont si ningún
pudor. El realismo que despierta es a veces insoportable y las escenas más duras
golpean sin concesión en lo más profundo del espectador. Las secuencias se
contraponen a algunas de gran belleza, como por ejemplo, la sublime escena de
Robbins, encerrado en el despacho del alcalde, y deleitándose con un disco de
Mozart...Pero la dimensión de esta película se engrandece aún más por el resto
de aspectos técnicos: fotografía, dirección artística y, sobretodo, la soberbia,
fascinante y preciosa banda sonora de Thomas Newman, que aporta su particular
sello de identidad a los grandes temas compuestos para acompañar, las escenas de
la película. Quizás uno de los mejores compositores actuales, cuyos trabajos en
"American Beauty" y "Camino a la Perdición", por ejemplo, demuestran su calidad
de genio. Morgan Freeman es Dios, es uno de mis actores favoritos. Es de esos
actores que te lo dicen todo con una mirada y que nunca te cansas de ver y con
la unión de Tim Robbins se complementan de tal forma que, tenían que haberles
dado un Oscar conjunto.
Brutal discurso final de Red…
¡!! Inolvidable ¡!!
"Algunos pájaros no pueden ser enjaulados, sus plumas
son demasiado hermosas. Y cuando se van volando se alegra esa parte de ti que
siempre supo que era un pecado enjaularlos. Aun así el lugar donde tú sigues
viviendo resulta más gris y vacío cuando ya no están. Empeñarse en vivir, o
empeñarse en morir, es la pura verdad. Por primera vez en mi vida soy culpable
de cometer un delito, violar la condicional, aunque dudo mucho que vayan a
buscarme, ¿quién va a echar de menos a un viejo salido de la cárcel?. Me doy
cuenta de que estoy tan emocionado que apenas puedo estar quieto ni pensar
claramente. Imagino que esta es la clase de emoción que sólo puede sentir un
hombre libre. Espero cruzar la frontera, espero ver a mi amigo y darle un
abrazo, y que el Océano Pacífico sea tan azul como siempre he soñado. Y espero
nunca más perder la esperanza."
Pero lo dicho, "Cadena perpetua" es magnífica película, es muy superior en todos
los aspectos, sin duda, de las que se ven y vuelven a ver cada equis tiempo con
auténtica pasión y agrado. Además es también una hermosísima historia sobre la
amistad y seguirá siendo al estar interpretada por Tim Robbins y Morgan Freeman.
Por ahí danza un refrán que dice: "En esta vida sólo hay una cosa cierta: hay
quien levanta muros, otros se dedican a abrir puertas". En este peliculón, de
aquellos de ver con el babero puesto, Robbins y Freeman se salen dando vida a
dos personajes que aman lo único importante en este mundo, que es el querer
vivir. Una crítica que he leído es acertadísima, nos habla de una escena bajo la
lluvia: quintaesencia del cine, el saber conmover al público sin necesidad de
palabras, tan sólo con la imagen, pero yo sumaría, como momento álgido, un aria
de tremenda belleza entre tanto dolor, una puerta brevemente abierta a los
sentimientos. Conseguir la libertad del alma, pese a saber de antemano que lo
sufrirá el cuerpo. Sacrificarse a uno mismo, por tener siquiera un instante en
el que poder ser uno mismo, vale la pena en este mundo y en cualquier otro. En
este siglo XXI, en los que escasean los principios fundamentales de educación y
sociedad, o lo que les salga de los huevos, que no voy a oírlo y me importa un
bledo, una película tan bien hecha, donde se homenajean valores tan importantes
como la perseverancia, la amistad, la esperanza, el temple, o la paciencia, se
merece el más sincero aplauso, y el deseo de que se repitan a menudo maravillas
como esta. Pocas películas durante la historia del cine han sido tan redondas
como esta.
Frank Darabont saltó a la cumbre con esta magnífica "Shawshawk Redeption", sin
embargo, la delicadeza con la que el director y guionista narra cada plano y
cada secuencia nos sumerge en el día a día de los condenados a cadena perpetua y
nos enseña como la lucha por la vida en muchas ocasiones no consigue superar a
la lucha por la muerte. Con un comienzo prometedor, un desarrollo, que, a pesar
de su larga duración, no se hace pesado ni aburrido en ningún momento y un final
lleno de emoción. Lo mejor: el empaque general de la narrativa y su
acompañamiento lírico.
Alguien dijo:
"Nos pasamos la vida buscando a quien ya nos ha encontrado".
Refiriéndose a ese estúpido sentimiento humano de querer siempre lo que no se
tiene, sin valorar suficientemente lo que es nuestro.
Ya en el Antigüo Testamento tenemos una parábola sobre esto en el episodio de la
manzana de Eva, y es evidente que el ser humano ha evolucionado a lo largo de
los años hacia el pacifismo, el respeto a los derechos humanos, etc., pero
algunas cosas no han cambiado. En los países occidentales, casi todos
democracias consolidadas y con un nivel de desarrollo socioeconómico aceptable,
por lo general, muy poca gente aprecia la importancia de levantarse cada mañana
sano, con trabajo y libre.
Algunos Films nos recuerda de vez en cuando lo importante que es levantarse con
trabajo, como "Las uvas de la ira" o "Los lunes al sol"; otros nos recuerdan que
mientras hacemos vida normal, mucha gente vive entre ingreso e ingreso en
centros hospitalarios, a veces con un plus de sufrimiento y desesperanza
difíciles de valorar desde fuera, es el caso de "Camino". Pero finalmente,
existen Films que nos recuerdan la importancia de levantarte cada mañana siendo
libre. Esa es una de las grandezas de "Cadena Perpetua". Tim Robbins hace, en mi
opinión, el papel de su vida, incluso muy por encima del que protagoniza en la
obra de Eastwood "Mystic River", junto con monstruos sagrados como Morgan
Freeman, Bob Gunton, James Whitmore, Gil Bellows o William Sadler. De la
dirección, poco que añadir, tal vez porque esté hablando de uno de los mejores
finales de la Historia de Cine. Sólo recomendar a los pocos que no la han visto,
que presencien con los ojos bien abiertos y el corazón palpitando, esta obra
maestra de Darabont, que merece ser puntuada con una matricula de honor.
Las novelas del prolífico Stephen King han servido para realizar decenas de
películas, la mayoría de ellas pobres cintas de terror que han ido a parar
directamente al fondo del armario, a excepción de Carrie, El resplandor y
Misery. Sin embargo, una de las mejores adaptaciones la hizo el director Frank
Darabont con "Cadena Perpetua". Y no es de terror.
Muchas veces me ha pasado, como a todos, que una película que
me interesa ver tiene criticas regulares o una que no me gusta tiene buenas
notas. No hay nada que hacer, existen infinitos puntos de vista y gustos. Pero
CADENA PERPETUA es un crepúsculo de sorprendentes sorpresas, escriban mal o bien
sobre ella. Es una obra de culto en toda la extensión de la palabra. Morgan
Freeman lo único que hace y muy bien es mirar con piedad al protagonista y
repetir:
- "Puedo conseguir cosas" -
El guardia es un tirano, pero depende la situación, por ejemplo cuando Tim
Robbins se acerca a decirle que le ayuda con los impuestos, se ataja, no lo
maltrata de una como esa bestia furiosa e irracional que nos querían mostrar. El
alcalde, ¿que decir? Todo el tiempo insinuándonos lo basura que es y como odia y
desprecia a los internos y va y le confía todos sus chanchullos y tramoyas.
¿Piensa tal vez que Tim es subnormal?. Otra cosa increíble, llega un nuevo
muchacho a la cárcel. Terrible pandillero al estilo Elvis, una escoria de la
sociedad sin duda alguna. Pero porque llega? Ah, claro... Justamente el sin
conocer ni ahí al protagonista, se da cuenta que hace una pila de años un tipo
en otra cárcel le contó algo que por una deducción de lo más Batman se da cuenta
que debe ser el que asesinó a la esposa del mismo y por lo tanto eso basta para
demostrar la inocencia de este, inocencia que ni por un segundo se molesta en
reclamar hasta ahí. En ese momento entonces va a hablar con el alcalde, porque
esta prisión de máxima seguridad es así, si un preso quiere hablar con el
alcalde, golpea y pasa. Y el alcalde se asusta tanto que va y manda matar al
muchacho. Una vez más los guardias tan terribles y la extrema seguridad no nota
que el protagonista cavó un túnel en 20 años tapándolo con un póster de Rita
Hayworth. Y así una noche va y se introduce por las tuberías cuando justo hay
una tormenta que ayuda a que nadie escuche nada. Todo listo....., ya escapó.
Las grutas subterráneas son excavadas y labradas a base de paciencia. El agua,
cargada de sustancias minerales, realiza durante siglos y milenios una labor
infinitesimal y titánica, trasladando y asentando partícula tras partícula. Es
un trabajo tan increíblemente lento, que se precisan numerosas eras para
apreciar cómo el agua transforma los paisajes de las profundidades. Gota a gota,
va horadando el terreno, instaurando erosión y creación, hasta constituir
espacios y formas de rara belleza natural. Una sola estalactita es la
consecuencia del líquido elemento fluyendo durante millones de años por el mismo
lugar. Una gruta entera es un milagro por sí misma, aunque sea algo de lo más
corriente en la Naturaleza. Para nuestras mentes aficionadas a buscar
significados místicos y divinos, adquiere las dimensiones de una especie de
morada de dioses. Y todo por la acción constante de la sustancia más abundante
del planeta. Nada más vulgar y, sin embargo, prodigioso. La paciencia es una
virtud hacia la que los humanos no solemos tener especial inclinación. Hay
pueblos y culturas que han sabido cultivarla y conservarla desde la antigüedad,
erigiéndola en su principal rasgo personal y social. El arte de saber esperar,
de aguardar sin contar minutos ni horas, sin mostrar signos de desesperación o
inquietud, simplemente porque se está convencido de que lo que tenga que ser,
será, resultando inútil meterle prisa al tiempo... Esa resignación vital a
aceptar lo que ha de venir, sin que tengamos gran poder para modificarlo. Por
ello, gastar energías en impacientarse es un derroche inútil, sin hablar ya de
la tremenda descortesía y falta de autodisciplina que delata. Para algunos
pueblos, mostrar impaciencia es algo tan grave como para nosotros lo sería ir
desnudos por la calle. Pero gran parte de nosotros no hemos asimilado esa
virtud. Nos parece que la vida es demasiado corta para estar esperando siempre,
nos parece que aguardar es perder el tiempo. Nos pasamos muchos intervalos
esperando cosas, queremos que el desenlace llegue pronto, y no prestamos
atención al "mientras tanto". Pero hubo un hombre, Andy Dufresne, que memorizó
bien el lenguaje de Cronos. Lo hizo suyo, memorizó sus segundos, sus minutos,
sus horas, sus días y sus años, y supo permanecer en un aparente letargo, sólo
aparente, porque era lo que pretendía que los demás vieran, cuando bajo las
narices de sus carceleros él se había ido camelando a Cronos, al menos en la
medida en que un humano puede hacerlo.
Era como esas gotas de agua horadando el suelo,
despacio, sin prisa, sin que un gesto precipitado malograse el inmenso esfuerzo.
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También la amistad profunda es como la consecuencia de las gotas de agua
descendiendo sin cesar por el mismo sitio. Es el fruto del roce continuo, de la
familiarización, de la complicidad y las experiencias compartidas. Para ganarnos
amigos de verdad, tenemos que ser como el agua. De ese modo, la amistad
resultante será como esas grutas de deslumbrante hermosura, con inauditos
rincones que explorar. Y no hay final más glorioso para el recorrido de una
gota, que acabar mezclada en un lago transparente y purísimo, donde hallar por
fin la paz.
Una obra sin que yo puedo emplear un adjetivo que la denomine. Solo puedo
deciros lo que siento por CADENA PERPETUA forma parte del buen cine, algo que
amo mas allá de las estrellas.
!! IMPRESIONANTE !!