L A C A L U M N I A
Lo que en un principio parece que se limita a una difamación por
parte de una niña, vemos que trasciende mucho
más, como descubrir lo enferma que está la sociedad, y lo peor, que hace
sentir enfermos a los que son diferentes. Pocas películas abordan el tema de la
homosexualidad como esta, a pesar de las muchas limitaciones, ya que estamos en
1961. Hay
miradas que expresan como nada los sentimientos de las protagonistas, en
definitiva, puro cine y un gran mensaje a esas mentes homofogas que por
desgracia aún quedan en el planeta.
Esta película dirigida por el maestro William Wyler, supone una magnifica puesta en escena de la obra de
Lilian Helman, "The Children’s Hour". Lilian, como se sabe, fue la
compañera de Dashiel Hammet, el gran escritor de novela negra norteamericano, y
autora de numerosas obras que fueron llevadas al teatro y al cine. La más
conocida es La loba, por Bette Davis. En La calumnia
estamos ante una obra atemporal, con cierto
candor de una sociedad desfasada. La calumnia representa el drama del
vapuleo del puritanismo, no en vano la Ley de Linch nació en el Oeste de
Estados Unidos, hacia la supuesta sexualidad de unas profesoras de un colegio
privado de la sociedad media-alta americana. Basta la maldad de una niña
archimimada y archimillonaria, para destrozar las vidas de los docentes que la
rodean. Evidentemente en este clima, que podría haberse precipitado por
cualquier circunstancia humana, Lilian Helman, autora también del guión del
film, quiso tocar el tema del lesbianismo, como piedra de escándalo de una
sociedad que se presenta limpia y pura. Si esto se da en un ambiente escolar,
tenemos el drama al rojo vivo. Lo cierto es que como su nombre indica, el hecho es
falso, pero la mentira es tan corrosiva, que hace dudar hasta los más cercanos,
incluso a la misma profesora Audrey Hepburn, que si en
un principio se iba a casar con James Garner, afamado doctor de esa ciudad, y
todo se suspende tras los acontecimientos, duda de si todo lo dicho pudiera ser
cierto y cambiar sus sentimientos, que ni siquiera se había imaginado que
pudieran ir en esa dirección. La falta de respeto a la opción sexual de los
personajes, pone de manifiesto la hipocresía de una sociedad basada en los
valores de la “fachada” ante los demás, de la apariencia, de los sepulcros
blanqueados, pero dentro inundados de gusanos y miseria. Este drama psicológico,
como no podía ser de otra manera, fue suavizado en las pantallas de nuestros
cines, censurado por nuestro sistema político.
Acostumbrados a ver a Audrey Hepburn y Shirley Mac Laine en papeles de
comedia, musicales, etc., sorprende la tremenda capacidad de meterse en los
personajes, y de vivir un mundo que puede representar cualquier
sociedad, en cualquier tiempo. Ya que el viento se llevó los problemas
que plantea, aún notamos que el pensamiento mercantilista único, aderezado con
dogmas religiosos, la solución que plantea, es decir, la opción sexual, que
insisto no ataca a nadie, el pensamiento es libre, y la
convivencia perfectamente humana, están todavía lejos de ser alcanzadas en
nuestras sociedades, llamadas civilizadas, y no digamos en los países en los que
la mujer no pasa de ser un objeto, utilizado para la procreación y la
explotación de la mano de numerosos hombres.
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Martha Dobie y Karen Wright son las propietarias y maestras de una escuela
privada para niñas situada en Inglaterra. Con ellas trabaja tía Lili una mujer
mayor que las ayuda con las clases. Karen mantiene una relación con
el médico Joe Cardin que, después de dos años de noviazgo, le pide el
matrimonio. Ella aceptará, hecho que no será del agrado de Martha. Desde ese
momento Martha empieza a cambiar, molesta de que su gran amiga decida dar el
paso del casamiento. Junto a ese hecho, María, una complicada y retorcida niña
del centro, se inventará la historia de que Martha y Karen mantienen una
aventura amorosa que esconden en secreto. Desde ese instante el buen
funcionamiento del centro empieza a tambalearse ya que la mentira se
convertiría en un rumor que se extendería entre los padres de las niñas,
provocando y sucediendo un absurdo rechazo colectivo hacia ellas. William Wyler
adaptaría en la década de los años 30 la obra teatral de la dramaturga
estadounidense Lilliam Hellman, "The childre´s hour", obra que fue
presentada por primera vez en el año 1934 en los teatros de Broadway y que él
maestro se encargaría, en la década de los
60, realizar su remake. La diferencia entre cine y teatro, se podría resumir en que una se centraba
por los años en que se estrena en Broadway en el tema
de la infidelidad, y la película contiene una
homosexualidad latente. La maestra se enamora en silencio de su amiga y compañera
de trabajo. Wyler presionado por la censura de Código Hayes, dicho
código dictaminaba que se podía ver y lo que no en la gran pantalla donde el
cine norteamericano lo sufrió a principios de los años 30 hasta medianos de los
años 60, tuvo que cambiar parte del guión muy a su pesar. Con "La calumnia"
Wyler
conseguiría llevar a cabo lo que en un principio quiso hacer, adaptar con
exactitud la obra de Lilliam Hellman, porque unas imágenes valen mucho mas que
mil palabras. Sobre la obra se llego a comentar que estaba
basaba en experiencias personales de la propia autora.
Después de dirigir una superproducción como Ben Hur, una de las tres
películas con más Oscars de la historia, la de mayor presupuesto hasta entonces
y la que salvó de la ruina a la Metro-Goldwyn-Mayer, el genial director
norteamericano William Wyler cambió diametralmente de registro para ofrecernos
la obra que recuperamos hoy. Wyler fue durante mucho tiempo desdeñado por
una parte de la crítica, quien le acusaba de ser artesano más que
artista. El film que nos ocupa, demuestra que la orientación sexual, la
homosexualidad es un sentimiento de atracción a personas del mismo sexo.
El lo refleja de forma clara y magistral, Wyler no
solo fue un artista excepcional, sino también un artista comprometido.
Este drama psicológico con tintes melodramáticos y sociales es posiblemente la
crítica más feroz y valiente hecha hasta su momento en la gran pantalla contra
la discriminación de la homosexualidad, pero supone también una reflexión sobre
las consecuencias que pueden tener determinados rumores e invenciones,
especialmente cuando caen en manos de una prensa sensacionalista que se alimenta
de una sociedad intolerante y ansiosa por señalar sin motivo. Por lo demás, a
pesar de que la pederastia no aparece en ningún momento, en lo que se refiere a
los temas del linchamiento público y el daño que provocan ciertas mentiras, así
como en intensidad narrativa, la La calumnia
es, en mi opinión, un precedente que años después abriría las puertas a otros
directores mas libres en tocar el tema.
William Wyler viajaría al Reino Unido para realizar El
coleccionista, un thriller psicológico sobre secuestros que nos remite
claramente, por el perfil de su protagonista, a Psicosis; y, aunque menos
conocida que la obra maestra de Hitchcock, se trata, a mi juicio, de una
película excelente. En ella, el personaje interpretado por Terence Stamp es un hombre gris con serios problemas de sociabilidad cuya afición es
coleccionar mariposas y que gracias a un premio de lotería compra una casa
aislada en el campo, donde acondiciona el sótano para albergar a una chica con
lo que está obsesionado desde su juventud.
Lo más sorprendente (y perturbador) es que en un principio el protagonista
despierta cierta compasión, pues se trata de una especie de secuestrador amable
cuyo objetivo no es abusar de la víctima, sino darle tiempo para que le conozca
y se enamore de él. El enfoque no puede ser más original y, de hecho, nos induce a sentir simpatía por él. Además, la película tiene algunos
puntos de humor negro brutales. No diré más, solo que la recomiendo....su final
es totalmente impensable en el cine actual.
A parte de la polémica que provocó LA CALUMNIA, ya que el
director trataba por vez primera y de manera directa el tema de la
homosexualidad,, la película de Wyler se recordará sobre todo porque contó con dos de las actrices más importantes de aquella época, Shirley MacLaine
y Audrey Hepburn. Ambas sacarían lo mejor de si para ejercer dos papeles
arriesgados, unos personajes bastante alejados de los que habían encarnado hasta
entonces y donde las dos demostrarían lo grandes actrices que eran. Entre los
secundarios, Wyler repetiría con una de sus amadas actrices, esta sería la actriz Miriam Hopkins, encarnando a la tía Lili. Entre el reparto también
veríamos a la veterana actriz Fay Bainter como Amelia Tilford, la abuela de la
niña causante de la mentira, esta interpretación supondría el último trabajo tras 30 años ejerciendo la profesión.
James Garner, un actor muy atractivo da vida a Joe Cardin, el novio de
Karen, él es prácticamente el único personaje masculino que veremos en la película.
"La calumnia" a pesar de contar con la buena critica de la prensa especializada
y por el reconocimiento de la academia (3 nominaciones a los Globos de Oro y 5 a
los Óscar, entre ellos la que fue la quinta y última nominación al director de
fotografía Franz Planer) no tuvo una buena acogida por el publico. Como curiosidad, esta fue la segunda de las 3 películas que
rodaría Audrey Hepburn con William Wyler, la primera Vacaciones en Roma
y la última, la excelente comedia, Cómo robar un millón
y....
Hay en LA CALUMNIA una frase que no olvido:
-"Cuando tres personas vienes a ti con sus vidas desplegadas
para que tu las hagas pedazos, lo menos que puedes hacer es concederles la
última oportunidad para salir con vida. Queremos esa última oportunidad, si eres
honrada tendrás que dárnosla"-
Debo puntualizar que el problema de
estas dos mujeres sucedió de alguna forma en la vida de la autora, no con la
misma
carga porque ella vivía en otro ambiente, pero sí alrededor de su ferviente amor
por su mejor amiga, algo que reaparecerá en el cine años después en JULIA, un
extraordinario film, donde Vanessa Redgrave y Jane Fonda representan a Lillian Hellman y su mejor amiga en
una arriesgada aventura bajo dominio del nazismo, aventura por cierto
autobiográfica.
De algún modo una y otra película se unen. Es muy interesante verlas juntas o
cercanas. Son estupendas las dos aunque La Calumnia es una obra maestra
absoluta, especialmente enriquecida con las interpretaciones llenas de matices
de Audrey y Shirley, actrices ejemplares, llenas de vigorosa
inteligencia.
Lo más importante de su argumento es hasta qué punto una calumnia puede
destrozar una vida. Tanto si es un asunto sexual, político, social o económico,
la tremenda dificultad de desandar ese camino en el que tantos te han señalado
con el convencimiento de culpabilidad, hasta llegar a hacértelo creer y
convertirte en tu propio enemigo. Hoy en día, muchísimos medios de comunicación viven, prácticamente, de calumniar,
de vapulear la vida íntima de gente influyente. Si años después de la pública
infamia pierden las querellas, no les importa, pagan la multa y repiten la
historia con otra víctima. El dolor inmenso de estas personas no llega a
conocerse nunca: pertenece a una intimidad que nunca debería haberse violentado.
Estamos ante una soberbia película de William Wyler con una sobrecogedora
historia rodada en 1962, donde no existe ambigüedad y la homosexualidad es más explicita.
La adaptación de la obra de Hellman interpretada por
Audrey y Shirley , son actuaciones portentosas,
y algunas escenas están llenas de una intensidad asombrosa, como por ejemplo de
la revelación final que le hace Maclaine... A mi por ejemplo esa escena me dejó sin habla.
Se reflexiona principalmente sobre la mentira, sobre el daño
que esta puede hacer, sobre hasta que extremos puede llegar. Y también se
reflexiona sobre el lado amargo y trágico de la homosexualidad, en este caso
femenina, donde no es ninguna opción gozosa, sino algo impuesto que ella
rechaza. Esta idea queda muy bien reflejada en secuencias llenas de un
dramatismo sobrecogedor. LA CALUMNIA es un trabajo de un maestro, y como tal la película
está inteligentemente muy bien planteada con una historia
que absorbe. Una película atrevida para la época y que demuestra con
creces el enorme talento de uno de los grandes del cine: William Wyler.
Un importante psiquiatra comentó lo siguiente:
-"Hace algún tiempo, tuve en mis terapias holísticas a una joven que me trajeron
con un alto grado de depresión, bajo el supuesto de haber sido victima de
violación reiterada por su propio padre.En un ejercicio de anamnesis con la joven, logré que describiera detalladamente
lo que ocurría en cada acercamiento de su progenitor… y al final, ella y yo
pudimos concluir que nunca hubo violación y sí, apenas, pequeños actos de
irrespeto a los que se veía inducido su padre por la soledad y el rechazo que
recibía de su esposa. Hubo entonces catarsis y la joven se quitó un gran peso de
encima que la impedía aceptar a otro hombre "-
Hago referencia a esta experiencia, para dejar constancia de que lo que se
expone en “LA CALUMNIA” es perfectamente posible. Una persona puede
auto engañarse cuando por falta de conocimiento malinterpreta lo ocurrido.
También hay menores manipuladores con capacidad de sostener una
mentira hasta las peores consecuencias. ¿Y qué pretenden con esto? Defender sus
intereses, evitar un presunto castigo o quedar bien con alguien que representa
mucho para ellos.
Lo que Wyler recrea, es el efecto que la intolerancia genera cuando se
obstaculiza el libre desarrollo de la personalidad y cuando una sociedad
hipócrita se ensaña con aquellos que se salen del marco de lo convencional.
“LA CALUMNIA” es una valiente apología sobre el derecho a la libre
autodeterminación sexual de cada persona, la cual fue mal acogida en su momento
por el conservadurismo de la época y ahora resulta rezagada por las
libertades alcanzadas en nuestra cultura.
Un brillante reparto que incluye a Audrey Hepburn, Shirley MacLaine, Fay Bainter
y Miriam Hopkins, recreando un drama que impacta y que sacude con fuerza nuestros
prejuicios frente a los sentimientos y derechos de los demás.
Como dije anteriormente, es toda una obra maestra, lástima que no sea muy
conocida. Reúne una sorprendente trama, impecables actuaciones, guión increíble
y con pocos
escenarios, sin apenas música y sin cambios en los vestuarios, hacen
posible que este gran film te enganche desde el primer momento. Una película
que recomiendo a los que no la hayan visionado, porque todo es ella es fabuloso, llena de sentimientos, con una gran crítica a la sociedad
de aquellos años.
Intenso drama de William Wyler, protagonizado por Audrey Hepburn y
Shirley MacLaine. El guión, de John Michael Hayes, basado en la obra de teatro “The Children’s Hour”,
con
experiencias personales de la propia autora. Sé rodó con poco presupuesto, en
los estudios y con algunas
tomas exteriores. LA CALUMNIA fué nominada a 5 Oscar. y su estreno fué el 19-XII-1961
en Los Estados Unidos de America.
Wyler concentra los esfuerzos en el desarrollo de un drama profundamente humano,
a la manera de los clásicos. El escenario se convierte en el lugar donde chocan
líneas de fuerzas contrapuestas. Dicho con otras palabras, el relato describe
con apasionada brillantez la colusión de la mentira y sus efectos devastadores,
la crueldad e hipocresía de una sociedad clasista y egoísta, los prejuicios
homófobos, la manipulación caprichosa de la alarma social y la irrupción activa
del mal (suma de egoísmo, venganza, intolerancia y dominación). El resultado es
un conjunto de interrelaciones personales que dan cuerpo a todo un drama, capaz de absorber la atención del espectador y generar en él un vendaval
de emociones.
Tiene también gran interés la descripción del entramado por las relaciones que los líderes
sociales tienen en la capacidad de condicionar, movilizar e impulsar. No utilizan
la fuerza, las órdenes y la violencia física. Se sirven, según Wyler, de
recursos más sutiles y menos comprometidos. Es enjundiosa la descripción de la
psicología de los líderes dominantes. Denuncia los manejos que éstos componen
mediante combinaciones de intolerancia, ausencia de escrúpulos y ofertas de
ayuda compasiva a destiempo. Contrapone la altivez y el cerrilismo de los
poderosos con la sinceridad y el sentido de la dignidad de las personas
dependientes. Es portentosa la suma de planos que muestran a los poderosos como
figuras estáticas, desprovistas de lenguaje, razón y vida. Añade una secuencia
final inolvidable, increíblemente hermosa....Una de las mas bellas del film.
Está mal insultar a una niña de 12 años por muy mala que sea. Siempre
han dicho que no hay que ponerse a su altura. La abuela, incluso la tendrá
que perdonar diciendo que la niña no sabe lo que hacía. Así hay muchos casos de
asesinos y violadores por el mundo, menores de edad...
La verdad es que la niña es retorcida y graciosa, sí.
Yo creo que para estos casos hay gente que se dedica a solucionar problemas y
también comportamientos, radicalmente además. Por ejemplo, se podría contratar
a un Chacal; siempre que esté en sus
horas buenas, claro.
También quiero apuntar que las secuencias con ella resultan insoportables y te
mantienen inquieto.
No se puede soportar la angustia que pasan las dos profesoras, crucificadas por la
sociedad. Y te lo crees del todo y no lo puedes soportar y
sufres con ellas. A este sentimiento siempre lo he llamado "el cinéfilo traspasa
la batería".
La puesta en escena de Wyler es, como siempre, majestuosa y teatral,
con esos planos provistos de gran profundidad de campo, en los que tanto el
primer plano como el fondo aparece perfectamente enfocado. La música de Alex
North también aporta lucidez y emoción, pero yo insisto por enésima vez que las interpretaciones
son excepcionales, tanto de
los actores principales como los secundarios. Si en COMO UN TORRENTE, Shirley Maclaine
estuvo excepcional, aquí crea una de las más sutiles y conmovedoras actuaciones
que yo recuerde.
La maledicencia tiene las piernas muy largas y una lengua viperina. Puede
destruir, en cuestión de minutos, reputaciones y vidas.
Puede arrojar por los suelos el esfuerzo de años de dedicación, así como la
respetabilidad y la dignidad de personas que seguramente no son peores que
quienes las juzgan.
Cuántas veces nos autoproclamamos jueces de los demás, sin habernos calzado sus
zapatos ni caminado con ellos, como diría el protagonista de "Matar a un
ruiseñor".
Basta una sola palabra, una sola frase pronunciada con toda la mala intención,
para que el rumor se propague como la pólvora y genere consecuencias nefastas.
La crueldad existe en todas las edades, en niños y en mayores. Te llega el desaliento, las dudas, el resquebrajamiento de la confianza,
la
propia, y la confianza en los demás y el temor de que se confirme alguna
verdad reprimida puede ser demasiado dolorosa para poder soportarla.
Es como la bola de nieve... Cuando estamos expuestos a los ojos fiscalizadores
de la sociedad y a su rasero a menudo moralista e hipócrita, cualquier mínima
sospecha de "desvío" del carril impuesto puede iniciar el descenso de un puñado
de nieve que se irá haciendo más grande, hasta provocar un auténtico alud. Wyler y Hellman colocan las manos directamente sobre un tema candente, el de la
homosexualidad y su condena social y sobre lo fácil que es hacer
trizas a un ser humano sencillamente con el terrible poder de las las palabras.
“La Calumnia” es una película de factura impecable, dada la acostumbrada minuciosidad de su director y de temática bien
arriesgada teniendo en cuenta el momento en que se rodó. Wyler aborda la
cuestión rozando los límites restrictivos propios de la época, y nos regala,
previo recorte de la censura, una obra rotunda. Pese a lo anterior, y sin estar exenta de
una cierta ambigüedad que comentaré antes, consigue dar en el clavo para
mostrarnos, sin concesiones, lo dañino de las actitudes excluyentes e hirientes
de una sociedad timorata que, por miedo ante lo supuestamente “antinatural”,
apunta en dar ciertos los rumores y castigar sin compasión a
quienes son el centro de éstos. Por ello, considero que si en la película hay un
reproche hacia la sociedad, éste se da a dos niveles: por un lado, el de la
difamación; por otro, la homofobia.
William Wyler convenció a Audrey Hepburn para interpretar a Karen, rompiendo su
imagen de “Desayuno con diamantes” y demostrando que era una actriz polifacética, además de medirse con una
actriz como Shirley Maclaine que venía de rodar “El apartamento”.Wyler, temeroso ante la posible censura del Código Hays,
eliminó varias escenas que mostraban a Martha enamorada de Karen, tales como cepillarle el
cabello o lavarle la ropa. Esto quizá hubiera añadido algo muy enriquecedor al
desenlace de la historia.
Excelente película que toca un tema tan tabú en la sociedad de la
época que es, como sí la homosexualidad en ese momento no existiera. Pero la
película trata mucho más que homosexualidad, trata de el daño que
pueden causar las habladurías, interesadas o no interesadas, y como estas se
propagan como una enfermedad que contagian a todos y a todo, destrozando la vida
de las personas a las que se calumnia. No se trata solo de que lo que se diga sea
verdad o no sino de la incomprensión social ante a todo aquello que se salga de
unos parámetros establecidos que marcan lo correcto, cuando no lo era.
Este film es otra obra maestra del maestro Wyler e interesante por el tema y como nos
lo plantea, sino por unas impecables interpretaciones de todos los actores. Por
encima de todos las actrices principales, destacaría a Shirley MacLaine como
enamorada de su amiga y reprimiendo sus sentimientos hacia ella.
Lo que consigue "la calumnia" aparte de ser considerarla un gran clásico del
cine, es que sientas un nudo en la garganta e incluso
llorar porque sientes angustia. injusticia y la frustración por la que pasan las
protagonistas, cuando su única diferencia con el resto de los humanos,
es que sienten de manera distinta....
Pero
eso si...!!!MUCHO MAS LIBRES!!!.