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RÍO ROJO
Uno de los mejores westerns de todos los tiempos, con todos los ingredientes legendarios de este género. El salvaje oeste y el pistolero por antonomasia ( John Wayne ) se juntan para hacer el que en su momento fué el mejor western. Repleto de épica y monumentalidad, la historia de los vaqueros que transportan miles de cabezas de ganado a través del salvaje y árido oeste, de las relaciones personales entre los vaqueros, los villanos, los héroes...lo tiene todo. Un reparto de lujo encabezado por Wayne y continuado por Montgomery Clift. Los amantes del Western tienen en esta película junto a Centáuros del desierto, El hombre que mató a Liberty Valance, Río Bravo...y otras pocas más, obras capitales del Western Clásico. No fue el menor de los logros de Howard Hawks haber conseguido una actuación magnífica de John Wayne. El mismísimo John Ford dijo después de verla: "nunca hubiera imaginado que el gran hijo de perra supiera actuar!" en esta película que trata de una conducción de ganado a mediados del siglo XIX, a lo largo de la cañada de Chisholm, recientemente abierta; una empresa amenazada por las estampidas, los tiroteos, los ataques de los indios y el conflicto entre Tom Dunson (John Wayne) y su hijo adoptivo Matthew Garth (Montgomery Clift). Ambos conducen su ganado de Texas a Missouri. La tiranía y el despotismo de Dunson, así como el ataque indio, harán que Garth se rebele y tome decisiones contrarias a él. La rivalidad masculina surgirá entre ambos. Fotografiada por Rusell Harlan y con Dimitri Tiomkin al frente de la banda sonora, Hawks nos regala unas bellas secuencias en la conducción de las reses y estampidas, así como la belleza de los paisajes naturales, nada envidiables a los de Ford. Río Rojo, basado en un relato de Borden Chase titulado "The Chisholm Trail", es drama clásico de jinetes, una celebración de los instintos pioneros de América, y de las reacciones de los hombres ante el peligro y las penalidades. Hawks aportó a los westerns que dirigió, además de su calidad incuestionable, un romanticismo duro que, en ninguno de ellos se aprecia más que en éste. Una gran película del género del western, es esta épica obra en la que Wayne y Clift, escenifican magistralmente, la tormentosa relación de un ranchero sin escrúpulos, y el muchacho al que ha acogido como su propio hijo, en una peligrosa aventura repleta de odios y encrucijadas, y de venganzas y ambiciones. Excelente reparto que completan Walter Brennan, el gigantón John Ireland, Harry Carey padre e hijo, Joanne Dru y el siempre eficaz Paul Fix....Toda una obra maestra que sigue cautivando a todos aquellos que la contemplan.
El espíritu de la frontera y la terrible dureza de una larga conducción de ganado, contextuada en la depresión económica tras la Guerra de Secesión, con sus efectos sobre los nervios y sobre el humor de sus participantes, están evocados espléndidamente, como también lo están el machismo y la rivalidad masculina...la madurez contra la juventud, la experiencia contra la rebeldía... entre el duro Wayne, interpretando a un personaje de bastante más edad que la suya. El reparto no puedo ser más acertado con el siempre solvente y necesario Walter Brennan y el tenso y meditabundo Clift quién rechazó un papel en Río Bravo, que lo hubiese reunido de nuevo con John Wayne y Walter Brennan. En su lugar el personaje fue interpretado por Dean Martin. Amén de las secuencias de las reses ya comentadas, el diálogo entre Cherry y Matt intercambiado sus armas, es de contenido homosexual encubierto, y dio mucho que hablar en aquellos años. Si lo tomamos desde un punto de vista general y atemporal, es un historia más de esta vida, de cualquier época y de cualquier cultura. La eterna lucha de la supervivencia del hombre, en la que los sentimientos y pasiones se ven entrecruzados. Hijos encarándose a sus padres, padres renegando de ellos. ¿Quién no ha visto cosas así hoy día? Por ello es una película casi perfecta.
De los pocos westerns en los que no sobran ni una bala, rompiendo de nuevo con la falsa leyenda del salvaje oeste..... No todo eran tiros y matar indios. Incluso en el duelo entre Clift e Ireland, cuando se conocen, dichas balas no son superfluas. Los jóvenes de hoy se "pican" con piedras a ver quien tira más lejos, pulsos para ver quien es más fuerte o corriendo para comprobar al más veloz; incluso llegan a matarse con navajas por el mero hecho de ser el que más. Junto a Raíces profundas, La Diligencia y El hombre que mató a Liberty Valance los westerns más sólidos que hay desde mi punto de vista. No hace falta que diga que creo que es la mejor película de la historia!!!. Cherry: "Es una pistola muy bonita esa que llevas, ¿puedo verla?.. Matt se detiene y se gira, mirándolo extrañado de su proposición, se rasca el lateral de la nariz, (escena de gran carga homosexual entre los dos), mete la mano en la funda y saca el arma, dándosela en la mano). Tal vez quieras ver la mía. Cherry intercambia su arma. Matt no presta atención a la pistola de su compañero, pero él alaba el revólver del primero.)"- "Bonita, terriblemente bonita... Solo hay dos cosas más bonitas que un arma: un reloj suizo o una mujer de cualquier lugar... ¿Alguna vez has tenido un buen reloj suizo?- pregunta el vaquero sonriendo de manera picaresca, pues cree conocer la respuesta. Matt no contesta, y a cambio, propone una demostración de tiros sobre una lata vacía en el terreno. Ambos elogian su puntería reconociéndose sus posibilidades-.
En 1851, Tom Dunson y su viejo amigo Nadine Groot se dirigen a California para convertirse en colonos y criar ganado. Aunque viajan con una caravana, antes de cruzar el río Rojo, que corre a lo largo de la frontera con Texas, se separan de la misma, pues Tom ha venido observando el terreno texano y considera que aquellas son buenas tierras y que hay excelentes pastos. Cuando se han separado varias millas de sus antiguos compañeros de viaje, observan una lejana humareda, que les hace pensar que la caravana ha sido atacada por los indios. Aparece un niño huérfano, llamado Matt conduciendo una vaca. Matt ha perdido a sus padres en el ataque y Tom lo adopta y cuidará de él. 14 años después, Tom tiene una manada de 10.000 cabezas, y Matt es un hombre joven, entrenado por Tom para convertirse en todo un experto, que sabe manejar las armas y desenvolverse. La Guerra Civil ha dejado sin dinero al Sur y ha hecho caer los precios del ganado, por lo que Tom no puede vender carne en Texas. En su situación desesperada, decide atravesar con su rebaño las 1.000 millas que le separan de Missouri, una tarea casi imposible. Después de 60 días a través de un país desértico, pocas horas de sueño y con la comida empezando a escasear, sus hombres se ha vuelto malhumorados. Cuando tres de ellos intentan desertar, Tom envía en su busca. Después de que la manada haya cruzado el río Rojo, los vaqueros de Tom intentan convencerlo de que conduzca las reses a Kansas al considerar que es un camino más seguro, pero Tom se niega. Cuando va a colgar a dos de los trabajadores que huyeron y han sido capturados, Matt lo detiene, asume el liderazgo y gira la manada hacia Abilene en Kansas, pues han oído que el ferrocarril ya ha llegado a esta ciudad y allí podrán embarcar el ganado. Tom dice que matará a Matt.
El guión se basa en un relato de Borden Chase titulado "The Chisholm Trail". Chase llegó a admitir en alguna ocasión que la trama era una especie de Motín de la Bounty con monturas y estribos. Hay algunas curiosidades alrededor de este film que han pasado a la historia del cine, esa que tiene más de chascarrillo que de otra cosa, como el diálogo entre Cherry Valance y Matt intercambiado sus armas. O la famosa frase de John Ford, cuando veía imágenes de la película y exclamó, algo así como: "No sabía que ese hijo de puta fuera capaz de actuar", refiriéndose a John Wayne. Por cierto, me he permido poner la etiqueta "John Ford" a la entrada, no porque esta película sea de él, que es cien por cien de Howard Hawks, pero Ford hizo numerosas sugerencias de montaje, incluido el uso de un narrador. La primera es la escena, comparan… pistolas, con todas las connotaciones fálicas que se quiera. Por supuesto en esta película los críticos han hablado más de la relación entre Clift y John Wayne. Interesante aquí son los rumores sobre la vida privada de Montgomery Clift, que quizá añaden una capa extra de “insinuación”, pero solo son insinuaciones... Por supuesto tenéis todo el derecho a decir que aquí nadie veía nada antes de los ochenta. ¿O sí?..La película es una especie de odisea, un peligroso viaje que muchos califican de imposible y condenado al fracaso, con ese grupo de vaqueros conduciendo miles de cabezas de ganado en penosas condiciones y sometidos a todos los peligros imaginables, incluidos los ataques de los indios o los cuatreros. Durante el viaje, se dan todo tipo de situaciones entre los integrantes del grupo, desde la camaradería, hasta las envidias, componiendo un fresco de personajes magníficamente caracterizados. Por otro lado, asistimos al enfrentamiento entre padre e hijo, un tema que también nos viene desde los clásicos y que aquí cobra dimensiones de epopeya. Ver "Río Rojo" por primera vez deja una sensación que hace tiempo no deja ninguna película. Este genial western es de momento la mejor película que he visto de las que llevo visionadas de este gran director en la que nos encontramos con una fascinante historia con momentos preciosos y que pese a tener mas de 60 años guarda una bellísima fotografía y una banda sonora muy interesante. Hawks dirige con fuerza, en el que todo lo que vemos tiene su razón de ser, sin que sobre ni un solo segundo de esta obra maestra.
Ese vaquero Dunson... traicionado.... que no duda en ir a por Clift por venganza, es inmenso. En todo momento con su carácter duro para llevar a cabo su misión con acierto y sin dejar pasar nada a nadie plasma un personaje en todo momento fascinante. Igual de bien está Montgomery Clift, con momentos duros y otros más sensibles al lado de la bellísima mujer de la que se enamora.. Joanne Dru más que correcta.... Luego Walter Brennan tras apostar sus dientes y perderlos y con alguna cosa más. Genial guión con el que cuenta Hawks que en ningún momento sufre altibajos en sus más de dos horas de duración sin que se haga aburrida y fascinando todo el rato. Posee ritmo y fuerza para enganchar a cualquiera y para convertirse en uno de los mejores westerns que se haya visto. Pero este es una maravilla. Una lástima lo que le ha pasado a este género hoy en día. Aún espero que alguien lo resucite y haga una película más que digna. Tras "Sin perdón" ha habido muy pocas interesantes con excepciones. Aunque he visto la serie "Deadwood".... Una serie que si se confirma lo que he visto, puede ser más que grande para el género. Pero ahora estamos ante un western clásico, con todos sus alicientes, incluidas las llamativas secuencias de la estampida, es una película calificada como cumbre del género y sin duda de las mejores del director Haws, que es para algunos críticos, el mejor de los westerns que filmó...
Wayne dibujando un personaje fuerte e intransigente, a veces despiadado. El amigo siempre fiel y su voz de la conciencia Walter Brennan, el perfecto Montgomery Clift. Un argumento interesante, una pizca de amor y de fondo grandes paisajes. Como casi siempre, la novela original tenía un final más oscuro del que se rodó... (Dunson, herido por Cherry, muere. Matt y Tess le entierran en su rancho). Río Rojo nos sumerge en un viaje por la supervivencia, un viaje primitivo de pioneros que pretenden vender unas reses para obtener réditos, animales que algunas poblaciones necesitan para alimentarse. Nos trasladamos así a un mundo virgen en el que la civilización no ha llegado, en el que rigen criterios morales personales, en el que el ferrocarril intenta abrirse paso para modernizarlo. Nos encontramos en tierras en las que resultan capitales elementos básicos como la amistad, el matrimonio y la necesidad de descendencia, el esfuerzo, la importancia directa de la naturaleza (ríos en los que el agua corre portando vida, praderas que alimentan a las reses, tierra que genera riqueza) en nuestra subsistencia. Hawks realiza un filme perfecto en el que cada escena posee su justo grado de intensidad (la acción rápida e intensa, el amor sugerido y fugaz debido a las necesidades básicas, la amistad, el trabajo y el descanso nocturno en escenas pausadas, todo ello con el duro paisaje de fondo contribuyendo al dramatismo de la trama) y en el que se observan aciertos en todos los apartados: elementos dramáticos, de suspense, románticos y cómicos reunidos en una sola odisea,, fotografía sublime en especial en las escenas nocturnas y la banda sonora de Tiomkin que surge de las llanuras con total naturalidad...
Río Rojo es una muestra de cine pleno que, demuestra como explicar cualquier tema que venga a nuestra mente sin resultar grandilocuente, todo lo contrario, situándolo bajo la simple apariencia de un viaje (situación que ha sido aprovechada desde Homero hasta hoy para narrar las más grandes historias, incluyendo al propio director, el cual realizó a mi juicio otra obra maestra con Río de sangre) en el oeste. Río Rojo no es un western, no es una película común, en ella no se observa técnica cinematográfica, es algo más, es una odisea humana inmortal. Se filmó en 1946, pero se estrenó dos años después debido a que Howard Hughes alegaba que era muy similar a una película suya de 1943. Se acordó que durante el trabajo, no se hablara de política, ya que John Wayne y Montgomery Clift eran abiertamente opuestos. En los descansos tampoco se relacionaban, debido a la homosexualidad de Clift. Gary Cooper rechazó el papel de Dunson y Cary Grant el de Cherry. Hawks regaló a Wayne un cinturón con el símbolo de Río Rojo que luciría más tarde en “El Dorado”... Uno de los temas musicales fue utilizado de nuevo en “Río Bravo”. La película ocupa el puesto número cinco de los mejores western, según el American Film Institute. Tom Dunson, un vaquero que abandona la caravana de pioneros donde viaja – incluida la mujer a la que ama – para establecerse en los fértiles pastos del medio Oeste. Poco después su joven prometida morirá a manos de los indios dejando en él una herida moral irreparable en forma de arrepentimiento y culpa. Hawks convierte en imágenes la emoción, a veces epidérmica e ingenua, otras honda y moral, propia de la aventura del pionero. Western inmortal sobre la trasmigración del ganado, una odisea épica que pondrá a prueba la resistencia humana ante las dificultades insalvables de tan vasto y salvaje territorio. En esta trashumancia de ochocientas millas, desde Austin a Abilane, se trata de llegar al ferrocarril, para abastecer de carne a todo el país. Todo está ligado a los intereses personales de Tom Dunson, un hombre hecho a sí mismo, cuyos métodos son severos y desproporcionados, sin estar privados de grandeza, como el hecho de recitar una plegaria sobre la tumba de los hombres que ha matado antes. Un itinerario que también sirve para delinear la evolución de los distintos personajes, con esas amistades encubiertas bajo circunstancias adversas, con ese sentimentalismo disimulado por inofensivas ironías o con el inefable humor de Walter Brennan. Es un western muy físico, espacios abruptos y cambiantes, cabalgadas con nubes de polvo, las inclemencias del tiempo, la escasez de comida y la estampida. A estas alturas, el clasicismo hawksiano, en el cenit de su apogeo no sorprende a nadie, pero sí puede conseguir aún su loable sencillez narrativa lograda a base de un proverbial sentido práctico, capaz de hacer de la elipsis o de la disposición de los actores en el encuadre inmejorables generadores de significado. La elipsis es, justamente, el factor clave para la eficacia del prólogo del film, en el que se dibuja la base de la personalidad autoritaria y sentimentalmente frustrada de Thomas Dunson y su deseo de afirmación individual muy propia de la índole mitológica a la que, en el fondo “Rio Rojo” se adscribe.
En cuanto a la distribución de los personajes en el interior del plano, se trata de uno de los aspectos fundamentales del cine de Hawks, un cineasta que a menudo adecuaba la planificación de una escena en función de la situación emotiva o psicológica del personaje dentro de ella y dentro de la evolución del conjunto de la historia. Es el primer guión importante de Borden Chase, luego escribió para Aldrich, Walsh, Sturges y Mann. Es pues, un grandioso western sobre ganaderos emprendedores, la puesta en funcionamiento de la maquinaria que habría de fabricar una nación. Recomiendo ver la versión auténtica que es en Blanco y Negro para apreciar y respetar el trabajo del fotógrafo Russell Harlam. Hawks se rodeó de actores con los que luego volvió a trabajar en la obra maestra "Río Bravo", contando con un joven John Wayne al que vió unas dotes interpretativas que no le reconocía otro de los grandes, John Ford, y el genial secundario Walter Brennan, además de darle su primer papel a un joven Montgomery Clift, que debutó por la puerta grande; y su imprescindible belleza con carácter, el personaje femenino al que le daba mucha importancia, en la persona de Joanne Dru. Gentes rudas, con valentía, y con determinación además de ese aventurero de las gentes que se aventuraban en las tierras del Oeste americano. Memorable!, con unos personajes que me recuerdan a la gran jornada del 1930, no perdona nada, te embiste desde un inicio dentro de uno de los dramas más recordados del género, Río Sangre es la desventura de los sufridos emigrantes americanos, cicatrizados por la fuerza de la costumbre, de lágrimas secas, Coleen Gray sale un minuto, pero un minuto eterno, y con un final que intuía permutado, que no compagina con su personaje original "Saturday Evening Post de Chase", donde Valance dispara a Dunson y lo mata, Matt recupera su cuerpo al rancho. En la versión que nos presenta Hawks, olvidamos la relación paternal conflictiva presente, por un lado adiestrando en desconfiar, a defenderse y al mismo tiempo ofensiva, al cual no respeta, confesando necesitar otro heredero. Thomas Dunson es un personaje sin corazón desde la muerte de Tess Millay, ha aprendido a pisar fuerte, y eso le ha costado tumbas, o quedarse con ganado ajeno por $2 para venderlo en $20 y hacer justicia con mano propia.
El western no es precisamente el género de moda actualmente y es que la industria cinematográfica y el género, ha sido víctima sin duda de manierismos que lo han reducido poco más que a "disparos entre indios y vaqueros" (Si, esos manierismos que se han visto en muchas obras del género y que, seguramente, han ayudado a auto-aniquilarse a sí mismo). Pero...¿Qué se le puede pedir a una película que no tenga Río Rojo?. Quien no vea más allá de unos vaqueros trasportando ganado, no ve nada. Río Rojo es una película inmensa y compleja. Preciosa, dura; intrépida, emotiva; luminosa, oscura (“¿Por qué los hombres tienen miedo de noche y no por el día?”). Esto es, relaciones humanas en plena ebullición, enfrentándose y acercándose, disputando y compartiendo. Dos hombres por un objetivo, que muchos consideran una locura, en un viaje que los cambiará y en el que lograrán mucho más que llegar a buen cauce con las reses, aprendiendo en el camino más de lo que imaginaron. Una de las cumbres de Hawks. dotada con el habitual ritmo del maestro, sorprende por momentos de inquietante belleza. Magnífico el trabajo de dirección de actores y el manejo del atrezzo. La fotografía de Russell Harlan es a la vez hermosa y tétrica, el guión de alto nivel y las composiciones de los encuadres tan efectivas como siempre...KEl comerciante de pieles, de sangre Cherokee, Jesse Chisholm (1805-68) estableció una ruta desde Texas a Kansas pasando por Oklahoma para la distribución de sus productos. Esta ruta fue la que utilizaron a partir de 1867 los ganaderos de Texas para poder dar salida a su ganado y su traslado de más de dos meses por territorios indios y caminos orográficos complicados. Fue el primero de los cinco western que rodó Hawks. Cary Grant y Burt Lancaster rechazaron por diversos motivos su participación y un debutante Montgomery Clift en las antípodas ideológicas, laborales y sociales del Duke se convirtió en estrella dándole la réplica en la probablemente mejor interpretación de Wayne hasta el momento. Conocida es la anécdota de Ford que con esta película "descubrió" que ese "hijo de puta" que él había promocionado sabía actuar. La profundidad de los personajes que Wayne interpretó para Ford a partir de entonces nacen de esta película. "Centauros del Desierto" es un buen ejemplo de ello.
La película considera hoy día un clásico del género y taquillera en su momento posee una trivalencia. Por un lado la épica del traslado del ganado y sus peripecias (estampida, paso de ríos, etc), aquí es donde el veterano director Arthur Rosson encargado de la segunda unidad se gana el derecho de figurar como codirector. Por otro lado el problema generacional ente Dunson y Matt con tintes de tragedia griega, que si bien no tiene el desarrollo que debiera es más que suficiente para dotar de empaque dramático a la cinta. Y como tercera, el aspecto comercial de cara a la galería donde peleas con indios y las imprescindibles gotas de romance, hacen que las mas de dos horas sean digeribles para todos los públicos de esta obra maestra. Tras el prologo, la película alcanza su tono y mantiene el interés y la tensión hasta ese discutido final precipitado que facilita el que todos salgan contentos con el The End. Hawks prefirió el blanco y negro al color, según él demasiado saturado por entonces para la historia pero no puedo contar con el maestro Gregg Tolan para ello. El plantel de secundarios es notable aunque parece que John Ireland le dio problemas al director y suprimió algunas de sus escenas. Según el director porque siempre estaba borracho o fumado y según otros porque le levantó a la chica Joanne Dru con la que acabó casándose. Asistimos sin duda a una de las mejores interpretaciones de John Wayne (indispensable oírlo en versión original), personaje rudo, terco, de ideas inamovibles, pero que a la vez nos transmite mucha dignidad y emotividad interior. Encuentra en Walter Brennan el contrapunto ideal , cocinero de la caravana que se pasa todo el viaje intentando ser su conciencia correctora, además de intentar recuperar la dentadura que perdió jugando a las cartas con un indio. Siempre tiene en cada situación una frase llena de humor pero que encierra una verdad incontestable. Y Montgomery Clift está sublime, ambiguo...Nunca me lo hubiera imaginado en un western, y además haciendo de pistolero. Fundamental su calado dramático para que la historia no desvariase hacia un enfrentamiento de ver quien es más fuerte y más tozudo. Con él todo es más creíble. En definitiva, un western modélico, con todos los elementos del género, pero con una gran carga psicológica en los personajes y una forma de narrar extraordinaria. Como la magnífica toma de la partida del viaje, cuando aún amaneciendo la cámara gira casi 180 grados para mostrarnos a todos los hombres y el ganado y acabar enmarcando a John Wayne para que dé la señal de salida.
Toda la película destila emotividad, los personajes están enmarcados en planos llenos de gestos y miradas enriquecedoras, que hablan solos.
Y además es puro cine de la mano del maestro Howard Hawks.