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SATYRICON-FELLINI

 

 

 

 

 

 

 

 

-"Me encanta Fellini... Pertenece a otro tiempo y tiene una visión maravillosamente italiana de la vida, sus películas poseen algo mágico, tienen una atmósfera que te hace soñar. Son tan  líricas, tan sorprendentes e imaginativas. Ese tío era único. Si no existieran sus películas faltaría una gran parte del cine. No existe nadie como él "-.

 David Lynch



 



Su argumento no puede ser mas sencillo: En la Roma del siglo primero después de Cristo, dos estudiantes, Encolpio y Ascilto, discuten sobre su propiedad del adolescente Gitone. El niño escoge a Ascilto. Sólo un terremoto salva a Encolpio del suicidio. A partir de ese momento, Ascilto vivirá una serie de aventuras y desventuras para conocer nuevos amores...Todo esto con una increíble dirección, grandes actuaciones, guión perfecto, vestuario magnífico, puesta en escena para resaltar y música brillante. Planos y escenas, que solo puede crear un genio, nos envuelve cuando absortos y muy sorprendidos tenemos ante nuestros ojos una de las películas mas difíciles, polémicas, surrealistas y perfectas. A mí me parece un film fuera de serie, cine para disfrutar de principio a fin, ya que, aparte de mostrar puro arte, muestra como se vivía en la Roma Imperial. Obra maestra donde las haya, una obra de arte total... Solo con decir que está pensada y dirigida por Federico Fellini, es como citar al único dios cinematográfico italiano, salvando a Visconti y Zeffirelli, por los que siento un amor especial, pero SATYRICON ha sobrepasado todos los océanos del tiempo.

 



Dentro de la obra del director, SATYRICON, representa un punto de inflexión importante en su carrera debido a que supuso la culminación del estilo grandilocuente y excesivo emprendido en FELLINI OCHO Y MEDIO, obra que rompió con la narrativa tradicional al hacer del relato subjetivo la principal materia fílmica. La intención de mi articulo, a parte de ser una labor sumamente delicada que me impuesto a mi mismo, quiero señalar hasta qué punto el tratamiento del espacio en la obra del director italiano contribuyó a la construcción de una mirada propia que cambió la forma de concebir la cinematografía moderna. Los principales mecanismos que utiliza Fellini en la construcción del espacio de SATYRICON son la mezcla de vanguardia y clasicismo, la profundidad de campo, los contrastes cromáticos y el uso del travelling. Fellini afronta los espacios combinando elementos procedentes de la tradición cultural occidental y otros heredados de algunas vanguardias europeas. Por un lado encontramos una puesta en escena estática y plana deudora del teatro clásico griego. Un buen ejemplo de esta herencia lo encontramos en las secuencias de dos de sus protagonistas, cuando por ejemplo Encolpio y Gitone se adentran en los burdeles romanos. Por otro lado, en la escena del banquete del patricio Trimalcione destaca el diseño de los salones, donde impera una concepción cercana al cubismo, repleta de aristas, sin soluciones ovaladas. En cuanto a la profundidad de campo, hay que señalar que ésta siempre depende de la iluminación y de la disposición de los personajes en el plano, más que del diseño del propio decorado, como sucede con Visconti o Wyler. Otra característica formal del filme es el tratamiento cromático basado en el uso del rojo y el azul. El rojo se circunscribe a los escenarios de los festines, donde suelta toda la galería de personajes extravagantes a los que Fellini nos tiene acostumbrados, paisajes que derivan en la recreación de un infierno ideal, bufo y tiernamente efectista. En cambio, en los exteriores la recreación de las calles se ampara en amplios, altos y desnudos callejones de un azul fantasmal, nocturno, por el que pasean grises brumas y es que, sobre todo, Fellini concibe sus planos como un escenario estático en el que los sugestivos y lentos travellings funcionen como la mirada de un espectador curioso que, de tanto en tanto, queda atrapado en un rostro, en un cuerpo o en un detalle concreto del juego de máscaras que representa toda la galería de figurantes.

 


En líneas generales, me atrevo a definir que el tratamiento de SATYRICON y el de otras de sus obras maestras como Toby Dammit o Roma, como una voluntad titánica de Fellini por abarcar hasta la extenuación todo el espacio arquitectónico del encuadre. En la mayor parte de su obra, la cámara intenta dominar todo el espacio, de manera que este último se convierta en algo indisoluble a la existencia de la mirada del director. Consciente de la imposibilidad de llevar a cabo esta labor de control en el mundo real, Fellini imagina y construye mundos paralelos artificiales, imposibles y delirantes, en los que desarrollar una voluntad propia de él. Su postura es similar a la de otros grandes manipuladores del espacio como por ejemplo Orson Welles, hablamos de un cine donde la epifanía, el descubrimiento y la revelación lo son todo, donde apenas hay lugar para el fuera de campo y donde la poesía se encuentra siempre en la reflexión del propio director ante sus coreográficas secuencias y enormes decorados. Por contra, la tendencia contraria a la de Fellini sería aquélla en la que el director asume su imposibilidad de aprehender el espacio fílmico, al igual que resulta imposible hacerlo con un paisaje real, por eso insiste en filmar el misterio inherente al propio espacio. A esta línea podríamos adscribir la obra de Michelangelo Antonioni. Si en el SATYRICON el recurso cinematográfico fundamental, como ya hemos apuntado, es el travelling que desvela todos los detalles del campo visual, en los filmes de este creador sería la elipsis y el fuera de campo. Un espacio propicio a la desaparición contra otro proclive a la saturación, aunque algunos directores quizás compartan un mismo objetivo: resaltar la imposibilidad de que el cine refleje o trascienda lo real, sólo su apariencia. Es muy difícil definir con palabras la labor de este maestro de la imagen y el encuadre, basta con admirar y sorprendernos con las imágenes, siempre se ha dicho que una imagen vale mas que mil palabras. En las obra de Federico Fellini todo esto se hace tan real como la vida misma. 
 

 

Federico Fellini adapta el SATYRICON, escrito atribuido a Petronio Arbitro en el siglo primero, después de Cristo, del que sólo se conservan algunos fragmentos. Declaraciones del propio Fellini indican:

- "La gente quiere siempre entender, comprender las películas, pero frecuentemente esto no es lo más importante. Mi Satyricon ha de ser sentido, no entendido"-.

 

Con el guionista Bernardino Zapponi, el guión que Fellini confeccionó era discontinuo como la obra de Petronio, pero también era hacer cine con los restos arqueológicos que le inspiraron. La película mezcla vanguardia y clasicismo, se trata de una superproducción que pasó por encima de las convenciones fundadas por el género peplum. La portentosa puesta en escena al estilo del teatro clásico griego se fusiona con contrastes cromáticos, actuaciones delirantes, escenografía y vestuario espectaculares. El director de fotografía Giuseppe Rotunno crea un ambiente enardecido, utiliza el uso del travelling que propone Fellini o el operador de cámara, para mostrar los espacios de tal manera, que mientras vemos la película es como si nos asomáramos a curiosear, contemplar los extraños rostros de los extravagantes personajes que deambulan por los espacios. Una serie de espacios en sucesión episódica que parecen independientes, pero son los engarces que unen los bloques cuya relación es por la presencia de los personajes comunes. La narrativa lógica convencional se disuelve para dar paso a una construcción mental de todo lo que va sucediendo para terminar derivando en grandes emociones. La propuesta es mostrar una época que al profundizar de forma sociológica en costumbres y comportamientos no conocemos mucho, así que todo está construido para que nos sintamos extraños, tal como nos sentiríamos si apareciéramos de súbito en la Roma del Siglo 1. Todos los escenarios están recreados, incluso muchos de los exteriores, la interpretación de los actores y la confección de los vestuarios y otros elementos desconciertan al igual que fascinan. Está película es como de ciencia ficción del pasado, algo único, imposible de mejorar o copiar.

Gran parte de los actores eran desconocidos; algo que ayudaba a construir la recreación de ese universo de elementos extraños. La banda sonora también entra en esos parámetros, es visceral, hay algunos arreglos creados con sintetizadores que ofrecen una dimensión onírica. El argumento es relativo, se puede seguir la continuidad fragmentada, en conjunto ofrece una experiencia sensitiva. Una gran dirección por parte de Fellini es con una mirada crítica en la reconstrucción de una Roma sin más dioses que la voluptuosidad y el dinero, una retrospectiva que puede aplicarse a la actualidad, donde la injusticia y la desmesura de los poderosos es mas que sufrible. SATYRICON es una película única, no hay nada parecido y vale la pena adentrarse en el hipnótico despliegue de artificios. Fellini expresa la pasión, la imaginación y el simbolismo como un adolescente sensible, pero también utiliza la dispersión, la incoherencia y la teatralidad de un inmaduro. La fotografía, los maquillajes, los colores son caricaturescos, sensuales, con una clara tendencia al hermafroditismo, cualidad esta que sobresale en todos los hombres, ya sea en estética como en espíritu. Me resultas muy curiosa y misteriosa la sensación que desprenden gestos obsesivos y estereotipados. Yo no he visto ningún humano natural en toda la película, son esperpentos o procesos mentales expresados en un gesto con un temperamento hierático, como esculturas. En muchas ocasiones me recuerda esa enfermedad del sobrio hieratismo misterioso contagiado de los egipcios a los griegos, y quizás, Fellini era susceptible a ello. Sostiene una consecución de escenas e imágenes  promiscuas, otras fracturante. Expresa claramente la decadencia romana, pero supera esto mismo para mostrarnos un surrealismo al estilo clásico de sus precedentes. ¿por qué ese descompuesto diálogo, acción y argumento? ¿por qué esa frialdad de la tragedia?. Esa palidez de la mujer embadurnada de blanco, qué bien saca a la mujer diabla locamente erótica y concupiscente. Qué bien saca en los hombres la malicia, la gula, la lujuria en sus  máscaras de mejillas sonrosadas. Dijo una vez Nietzsche en "Así habló Zaratustra" :

-" ! El que conoce camina entre los hombres como entre animales que son!. Mas, para él que conoce, el hombre mismo se llama: el animal y tiene mejillas rojas. ¿Cómo le ha ocurrido eso? ¿No será porque ha tenido que avergonzarse con demasiada frecuencia?"-.

Mientras no haya nadie que pueda desarrollar este tipo de cine, Fellini siempre será imprescindible, al menos para extraer algunos fotogramas preciosos, extender su misterio griego, gozar a la luz de la antorcha dionisíaca la mujer satírica y sexual, cuya perfección alcanza el clímax en su CASANOVA. Quiero ser todo lo sincero posible, dentro de mi humilde explicación técnica, en ocasiones no lo he podido comprender bien, a veces me deja anonadado, me estremece, me deja con incertidumbre. Quizás, como expongo anteriormente, necesite escuchar mas de una vez lo que el propio Fellini declaró:

-"La gente quiere siempre entender, comprender las películas, pero frecuentemente esto no es lo más importante. Mi "Satyricon" ha de ser sentido, no entendido".

 

Mágica por todos lo lados, tan pagana como superficial, vaga y surrealista. Una obra maestra de Fellini en lo abstracto, fantasioso y en lo ambiguo. Aunque se puede apreciar un notable trabajo de fotografía, dirección de arte y maquillaje, el guión es arriesgado, extravagante, pero de una fuerza cinematográfica que solo los grandes nombres del cine pueden llevar a cabo. ¿Difícil?, indudablemente quizá sea el film mas complicado de Fellini, pero como espectador, y hombre muy exigente en la imagen que me proyectan, para mi es todo un deleite, difícil, pero a fin de cuentas un orgasmo visual sin posible comparación. Tiene una mezcla grosera de situaciones que uno puede entender leyendo la sinopsis o un análisis pormenorizado de la película, lo cual recomiendo hacer antes de verla. Las actuaciones son increíbles, teniendo siempre el sello y estilo a que nos tuvo acostumbrados Federico, con fantásticas historias y discusiones salidas prácticamente de la nada, por parte de sus personajes. El film se torna por segundos en una densa niebla, sin saber que es lo próximo que veremos. Las dudas o preguntas se convierten a veces en obstáculos y cada escena nueva es una interrogante más. La película tiene un ambiente excepcional, unos efectos visuales y personajes que, para mi opinión pudieron haber tomado por asalto el protagonismo, como lo es el emperador o el homosexual del barco. Y al final de todo, no consigo entender como de una mente pudo manar tanta magia y tanta lujuria junta, porque todo gira alrededor de pasiones claramente ambiguas, que llegan a verse como pedofilia o depravación. Por otra parte aclaro que eran temas prioritarios en el Imperio de Roma... Quiero hacer un pequeño paréntesis para decir que SATYRICON se hubiera merecido el oscar a mejor vestuario. Otra de las muchas injusticias de los Premios de la Academia.

En todas las declaraciones que hizo, Fellini dejó claro cuál había sido su acercamiento al clásico de Petronio y al mundo que el escritor romano había puesto en palabras en su obra EL SATYRICON: no se trataba tanto de reconstruir ese mundo históricamente y solo recrearlo. De ahí que EL SATYRICON DE FELLINI, se acostumbre a ver como un film fantástico, cuando no de ciencia ficción: el problema de la fidelidad histórica no es tal desde el momento en que, para Fellini, la única fidelidad que se impuso fue la de obedecer a su poderosa imaginación. El mismo título original del film, "FELLINI SATYRICON", lo deja claro: fue sugerido por Alberto Grimaldi para distinguirlo de otra adaptación de Petronio que se rodó al mismo tiempo que la de Fellini. El director lo aceptó entusiasmado y lo convirtió en el primero de sus títulos que incluiría mas tarde con su propio apellido: "FELLINI ROMA" y "EL CASANOVA DE FELLINI"..
 

El mundo de SATYRICON, es el mundo de Fellini: su romanidad, por llamarla así, es más un estado mental que la reconstrucción documentada de un periodo histórico. Son imágenes nacidas a partir de la fantasía de Fellini y con el apoyo insustituible del escenógrafo Danilo Donati y del director de fotografía Giuseppe Rotunno: imágenes libres que, originadas por la emoción de un texto y por la intuición excitante de su universo, pretenden restituir esa emoción a un espectador fascinado. La relación que el SATYRICON establece con el espectador es una relación sensual, donde no importa tanto la comprensión como la hipnótica contemplación. Para conmover, Fellini teje un tapiz discontinuo que, por un lado, puede ser visto como el equivalente estilístico de la obra de Petronio (un texto incompleto, fragmentario; desde mi punto de vista se trata de una modélica adaptación), pero también como el equivalente formal, hecho cine, de los restos arqueológicos que tanto estimularon a Fellini: de hecho, tanto su lectura como el contacto con algunos restos históricos, hicieron que Fellini experimentara una fascinación del fragmento, que dio lugar a esta obra maestra.

EL SATYRICON DE FELLINI, sigue las andanzas de dos personajes, Encolpio y Ascilto, a través de una serie de espacios en una sucesión de episodios casi independientes, una práctica narrativa que el director utiliza en sus films, donde los engarces entre los distintos episodios que los componen no obedecen a la lógica de la narración convencional sino que constituyen bisagras más o menos bruscas que hacen de cada nuevo bloque un nuevo retablo, sólo relacionado con el anterior por la presencia de algún personaje común. Algunos de esos espacios son: las termas, el teatro de Vernacchio, la Suburra, la Insula Felicles, la pinacoteca, el paisaje que rodea a la villa de Trimalción, la sala del banquete del mismo, la posterior sala mortuoria, el páramo lunar, el barco de Lica, la villa de los suicidas, la gruta del hermafrodita, el árido desierto por el que conducen al semidiós raptado, el jardín de las delicias, el laberinto del Minotauro y la gruta de Enotea. La libertad figurativa es total, recorriendo arquitecturas, vestuario, gestos y objetos. Dicha libertad figurativa, que recogió Nino Rota en su banda sonora, permite un ejercicio de invención absoluto donde todo es soñado y posteriormente recreado, yendo más allá de lo logrado hasta entonces por Fellini en su continua búsqueda del "total artificial". A excepción de algunos exteriores, todo en SATYRICON es creación y artificio. Aspectos que nunca dejaron de significar, en el quehacer felliniano, ímpetu formal y sinceridad expresiva. El esplendor visual de la película sólo se verá superado, en la obra magistral EL CASANOVA DE FELLINI, probablemente la culminación de la exuberante imaginación de su autor y suerte de prolongación de los supuestos que animaron al film anterior: algo así como el equivalente, respecto al Siglo XVII, de lo que EL SATYRICON DE FELLINI, había supuesto respecto al mundo antiguo de la romanidad.

 

Se ha escrito mucho sobre Federico Fellini, que es un director cuya filmografía atraviesa diversas etapas, claramente diferenciadas entre sí. Si nos atenemos, sin ánimo de ser exhaustivos, a lo comúnmente aceptado, el primer período felliniano sería el neorrealismo e incluiría tanto sus colaboraciones como guionista para otros directores: Rossellini, Germi o Lattuada, como sus primeras películas como realizador. Posteriormente vendría la etapa en la que Fellini va perfilando su personal universo creativo, mundialmente conocido a partir de LA STRADA (brillante película). Con un punto de inflexión que tendría lugar en Ocho y medio, donde su cine comenzaría a mostrarse como explícitamente autoconsciente, Fellini proseguiría un camino que poco a poco iría desligándole del apego a la realidad social de sus primeros trabajos, de esto también fué acusado Rossellini y Visconti,  para cerrarse en un universo creativo cuyos anclajes terminarían y comenzarían en su figura, la de un Dios creador empeñado en elevar sus caprichos a la categoría de arte, sobre todo a raíz de cambiar a sus co-guionistas habituales, por otros como Bernardino Zapponi o Tonino Guerra. En cualquier caso, más allá de indagar en el grado de ruptura que pueda existir en el proceso de crecimiento de su filmografía, se impone preguntarse si dichas evoluciones responden, aunque sea de modo indirecto, a las distintas mutaciones socio-políticas que el mundo que rodeaba a Fellini experimentaba con el paso de los años, y si esto puede o no constituir una esencia invariable en la totalidad de su camino artístico. Fellini era ante todo un adaptador de situaciones pensadas o vividas. EL SATYRICON DE FELLINI, es una novela donde se ironiza sobre la sociedad romana de la época de Nerón. Cuando Fellini se propone adaptar esta obra, cuya lectura le fascinó siempre, era ya un director respetado y admirado mundialmente, pues ya tenia en su haber premios como: Cannes y en el Círculo de críticos de Nueva York, y logrado muchas nominaciones a los codiciados Oscars. Además, su prestigio entre la crítica se veía acompañado de buenas acogidas por parte de un público mundial que acudía fielmente a las salas a ver lo nuevo del director, como, a ver el nuevo Bergman, o el nuevo Buñuel. De este modo, Fellini gozó de total libertad artística para entregar su personalísima versión de dicha obra, titulada FELLINI-SATYRICON y en la que dio rienda suelta a un exuberante festival de excesos que no se vio contenido por ninguna concesión espuria, cuyo film llegó a calificar como un film de ciencia-ficción. Fellini, a principios de los setenta, no lo olvidemos, apuntaba hacia la deformidad como característica de una serie de grupos humanos a los que no deja de observar con radical perplejidad, igual que observaba a la campesina de la ya comentada película que interpretó para Rossellini más de veinte años antes. Fellini construye unas vistas que se revelan espejos no siempre nítidos, a menudo deformantes, de una cierta mirada, nunca irrespetuosa, pero harto escéptica hacia la realidad del mundo, la cual, si bien tal vez de modo menos exhibicionista que su SATYRICON, se manifestaba en su cine desde mucho antes, en las eternas fiestas sin sentido de LA DOLCE VITA, o en los bullicios pasajeros de su ROME., o antes aún, en los adultos inmaduros de LOS INÚTILES. Y, por qué no decirlo, esta extrañeza de lo felliniano no escatima semejanzas con los esperpentos de la literatura de Valle-Inclán o con el universo de freaks de David Lynch, dos nombres ya mencionados en este artículo. Y es que, como bien apunta el critico José Enrique Monterde, en FELLINI-SATYRICON:

-" La incipiente decadencia romana se transforma en una cristalina metáfora de la sociedad contemporánea, no exenta de los tonos apocalípticos de quien constató las miserias de la ciudad de los hombres "-.


Pero el aspecto más insólito que presenta, desde una perspectiva actual este film, está en su condición de obra inequívocamente fraccionaria y, a un tiempo, de producción fastuosa. A raíz del estreno de THE RETURN OF THE KING, último film de la trilogía de Peter Jackson, se comentó la posibilidad de que no ceñirse a las hechuras dramáticas del argumento original fuese un buen modo de ser verdaderamente fiel a su espíritu. En el caso de la película de Fellini, su deseo enfermizo por ajustarse al original no sólo certifica el inaudito arrojo de la propuesta, sino también permite que el film se adapte inmejorablemente a la atomización perceptiva inherente a la contemporaneidad. Y es que Fellini se limitó a filmar los fragmentos de la novela que se conservan, los cuales constituyen aproximadamente una décima parte del total, respetando escrupulosamente los huecos existentes en el libro y de ese modo consigue también no traicionar sus particulares recuerdos de pasadas lecturas de la obra. Fellini no se preocupa por guardar relaciones espaciales, temporales o de causa-efecto entre las distintas secuencias, evitando así los patrones narrativos convencionales, y sumergiendo al espectador en una maravillo narración propia de la modernidad cinematográfica. Fellini no era un director corriente, su estilo ha marcado el cine de por vida, sus películas se reponen, se llevan a centros de estudios, a escuelas de cine, y en Italia como en el resto del mundo se le tiene considerado entre los mas grandes directores de todos los tiempos.
 

Esa forma consistente en injertar lo personal en el cine, dentro de un proyecto de gran empaque económico, era posible hace años, como demuestra parte de la obra de Fellini y la de otros directores como David Lean, que solía aunar espectáculo e intimismo en sus superproducciones o, ya en plenos años setenta, Francis Ford Coppola y sus dos primeras partes de El padrino, también Stanley Kubrick, otro autor que llegó a gozar de generosos presupuestos a plena disposición de su talento. Sin embargo, desgraciadamente el tiempo transcurrido parece limitar cada día más la esperanza de ver buen cine, como demuestran las inversiones multinacionales obligadas a asegurar un beneficio, en producciones como El retorno del rey o de Matrix Revolutions, por poner algunos ejemplos bien conocidos por todos. A Fellini se le pueden discutír muchas cosas, pero en su amor por el cine no tenia esa ambición económica de expresión de las que carecen de ideas propias, dentro del lenguaje del medio. Y, con FELLINI-SATYRICON, ha demostrado que el concepto de superproducción experimental podía materializarse en una contundente obra maestra total y absoluta. FELLINI-SATYRICON, fué estrenada en 1970, algunos dijeron bestialidades como que era una sangrienta película depravada y repugnante, que la Roma Imperial no tenia nada que ver, cuando todos sabemos que si no era así, muy poco le faltaba. Es indiscutible es que es una obra maestra.. y como tal, estos films que sobresalen del resto, no pueden ser complacientes con esas desgraciadamente aún existentes, minorías descerebradas. He visto mucho, muchísimo cine, pero me inclino ante este retablo romano, el lienzo colorista y duro, porque es mas ambiciosamente perfecta de lo que se estrena hoy en día. Películas como ésta son un reflejo de una labor artesanal de autor, en contrapunto con las imágenes soporíferas que salen calientes de un casero y humeante ordenador situado en cualquier barrio, de cualquier esquina, donde tienen la desfachatez de denominarlo cine.
 

La película que como ya dije está basada en un libro que contó con crudeza las degeneraciones del mito romano y griego. Satyricon de Petronio, escrito en la época de Nerón, se perdió durante siglos. Se encontró de una forma fragmentada, lo que Fellini utiliza muy libremente para explicar sus propias ideas, tanto libro, como la película en sí. Petronio era un sensualista que celebró y se burló de la decadencia sexual. Lo mismo ocurre con Fellini, quien observa inteligentemente que, si bien la paga del pecado puede ser la muerte, es un trabajo agradable si se consigue. La película fue hecha dos años después de una época crucial en el mundo, salió casi al mismo tiempo que el documental " Woodstock ", conservando la post-píldora, la maldición del SIDA, el frenesí sexual de una época, cuando sin penalizaciones brevemente el sexo parecía ser una posibilidad. Los personajes de Fellini pueden ser quemados vivos, pero no tienen preocupaciones acerca de los virus, la culpa o el colapso psicológico. Como la mayoría de los personajes de la mitología antigua, de hecho, no tienen psicología, actúan de acuerdo con su naturaleza, sin la posibilidad de cambio. Ellos están cableados por los mitos que los sostienen. La película sigue los holgadamente viajes y aventuras de varios personajes, en especial de los estudiantes Encolpio y Ascilto, ya que se disputan los favores del esclavo bien parecido. Gitone es ganado por Ascilto, quien lo vende al actor repulsivo Vernacchio, cuyas actuaciones incluyen la mutilación de prisioneros. Fiel a la naturaleza de la película, Gitone no le importa ese tratamiento y, de hecho y no goza de la atención, pero la historia avanza, presentando una serie de amos y esclavos en momentos de drama grotesco y fantasía espeluznante:

-" Es todo fantasmagoría, dijo Pauline Kael, que escribió: Aunque de vez en cuando se puede registrar un rostro o un conjunto o un episodio, para la mayoría de las veces uno tiene la sensación de una cámara fotográfica que sigue la gente que camina a lo largo de las paredes."-

Hay escenas que lo parecen, pero son metáforas, como cuando la pareja patricia liberar a sus esclavos y luego se suicidan o cuando los seguidores de un hombre muerto se reúnen en la playa para considerar su petición final de que su cuerpo sea comido. Estos momentos se salen del lienzo cinematográfico y Fellini no se preocupa por principios, mitades o fines, quiere que caminemos a través de la película y admiremos la galería en la que un artista intenta variaciones sobre un mismo tema. Es su enfoque premonitorio de las películas que siguieron, estableciendo esta antigua Roma es ciudad moderna fragmentado, que consiste en una serie de episodios en busca de destino, y carece totalmente de la estructura de su gran obra maestra por excelencia: "La Dolce Vita".


En ninguna otra película de Fellini vemos una demostración más abundante de su afecto hacia lo grotesco, aunque CASANOVA DE FELLINI, se acerca mucho. ¿Cuál es la suma de todo este esfuerzo? Una película que ocupa un exceso visual sin igual, mostrando un mundo de inmoralidad, crueldad, odio a sí mismo y la pasión. ¿Sabía Fellini ver su "Satyricon" como advertencia a los espectadores modernos, que era una lección? No, en absoluto, en mi opinión. Encontró una conexión instintiva entre Petronio y él mismo, dos artistas fascinados por la desviación y el exceso. FELLINI SATYRICON, siempre se describe como una película sobre la antigua Roma, pero también puede ser una de las mejores películas sobre el sentimiento del amor. Sé que es muy difícil comprenderla si es la primera vez que la tenemos ante nuestros ojos, es materialmente imposible asimilar tantos personajes, tantas secuencias y sacar una rápida conclusión, yo lo único que puedo decir para terminar, es que FELLINI-SATYRICON es un retablo del mejor cine realizado nunca, que hoy en día y gracias a la tecnología podemos apreciarla cientos de veces y quedar con los ojos enrojecidos o inyectados de sangre, porque jamás el maestro pudo volver a componer una sinfonía de tempo inacabada, donde las imágenes coloristas transforman el adagio en imagen.

La recomiendo muy especialmente, es imprescindible para ver las toda la filmografía de FELLINI, el cine no tendría razón de ser sin el surrealismo del maestro y sin películas como FELLINI-SATYRICON.